miércoles, 8 de febrero de 2012

The Cramps │ File Under Sacred Music - Early Singles 1978-1981

The Cramps │ File Under Sacred Music - Early Singles 1978-1981 (2011)


Reseña rechazada por la revista Vice:

O te sobran las palabras para que sepas a qué putas suena esto o eres un puberto más, como casi todos los que presumen leer esta pinche revista. En dado caso serías un “nini” que no tiene otra cosa que hacer más que rascarse los huevos. Bueno, tú pequeño engendro indignado por la situación global, te informo que hay un nuevo movimiento internacional de ocupación creado para personas como tú, el movimiento de Ocupa Tu Verga Para Algo; así que antes de que se te ocurra escuchar a este legendario grupo ve a que una gorda emo dark te haga una mamada gargajienta hasta que se le corra el rímel en un orinado callejón del centro.

Ooooh, you got good taste!

Whoo, baby good taste!

Yummy yummy good taste!

Baby-baby-baby good taste!

The Cramps, Smell of Female, 1983

Un saludo.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Ritualistic School of Errors │ Sweat Stained Fancy Heaps For First-Rate Ladies


Ritualistic School of ErrorsSweat Stained Fancy Heaps For First-Rate Ladies (2009)




‎"‑Es el brazo. Nunca se te ocurriría que podría resultar un anzuelo en ese sentido, ¿verdad? Pero es el brazo. ¿Quieres verlo? ¿No te dará asco? Pues aquí está. Este es el brazo. […] Parece más bien una especie de aleta diminuta, es pequeño y tiene un aspecto húmedo y más oscuro que el resto de mí. Tiene un aspecto húmedo incluso cuando está seco. No es una visión agradable. Normalmente lo tengo escondido dentro de la manga hasta que llega el momento de sacarlo y usarlo a modo de Anzuelo. […]

‑Normalmente unas dos semanas o algo así. La siguiente fase es la más crítica, que es cuando les enseño el brazo. Espero hasta que estemos ella y yo solos en algún sitio y saco al cabroncete. Hago que parezca que han sido ellas las que me han convencido para que lo haga y que ahora confío en ellas y por eso les he elegido a ellas por fin para sacarlo de la manga y enseñárselo. […] Puedo hacer más cosas con él para que tenga peor aspecto todavía, puedo hacer que…

[…]

‑O puedo untarlo con alguna pomada o vaselina para que tenga un aspecto todavía más húmedo y brillante. […] Cuando lo ven tal como se lo enseño, casi se ponen a vomitar. Oh, hubo un par que salieron corriendo, que cogieron la puerta sin más. Pero la mayoría, no. La mayoría tragan saliva un par de veces y empiezan: «Oh, Pero Si No Es Tan Feo Después De Todo», pero están mirando a otra parte[…] y entonces lo ven y yo me encargo de que sea completa y absolutamente requetefeo." David Foster Wallace, Entrevistas breves con hombres repulsivos, pág. 108-113.

Ver más proyectos de pintura, dibujo, performance, música e ilustración del artista Gregory Jacobsen


Saludos. O SFa

miércoles, 27 de julio de 2011

Daniel Teruggi, Jean-Claude Risset, Gilles Racot - Sax Computer

Daniel Teruggi, Jean-Claude Risset, Gilles Racot | Sax Computer (1990)


The saxophone is an imperfect instrument,

especially the tenor and soprano, as far as intonation goes.

The challenge is to sing on an imperfect instrument that is outside of your body.

Stan Getz


La mujer que tocaba con cuatro dedos

Conocí a una mujer que trabajaba como acompañante en una cantina en la periferia de la zona metropolitana de la ciudad de México. Ella se acercó a nuestra mesa, con un aire de excentricidad y conveniencia. Entre cubetas de cerveza, sonidos de escapes de tractocamiones y una rockola que sonaba como ver manchas de aceite sobre el pavimento, terminamos hablando de la diferencia.

Al tratar de entender cómo es que habíamos terminado en ese lugar tan peculiar, las escaleras con madera podrida, los empolvados y acochambrados adornos en la pares, cuadros grises con fantasmas en primer plano, un lugar pequeño y sin anuncios en la entrada con un par de cortinas de puerta, se me entrecruzaban los personas, en su mayoría locales, de miradas transparentes, rostros escultóricos: albañiles, pintores, carpinteros, mecánicos, traileros.

Cuando parecía que el techo se nos venía encima, ella, con ademanes, invitó a bailar a uno de mi amigos, él le dijo que no sabía bailar, ella le respondió un burlesco y decidido “y qué importa!!!”; en ese momento decidí dar un vistazo al segundo piso que, así es como se le conocía al lugar. Cada escalón que avanzaba era un porcentaje importante de luz que se oxidaba, subir esa escalera presentaba algo intenso, excitante, no sólo por el contexto, sino por los olores, a medida que se intensificaba la oscuridad también el espumoso olor a sexo. Arriba no se sabe si… pues mucha incertidumbre ya que apenas se apreciaban las siluetas de parejas y tríos sentados en lo que de seguro eran sillones, digamos que la parte de arriba era como la zona de intimidad, aunque de íntimo poco tenía. Ese segundo piso era una invitación al desenfreno y a lo desconocido, salí un momento a la terraza, en la que para poder estar allí, tenías que hacer los pies de pingüino para poder pisar; una estampa postapocalíptica de esa madrugada: unas chimeneas gigantes de una fábrica cercana se alzaban al quererle escupir al cielo, quizás a dios, este cuarteto de chimeneas se encontraba rodeado de una cadena montañosa infestada por casas grises, es ese momento toda la escena me remitió a dos cosas: el Desnudo bajando una escalera de Duchamp y a Godspeed You! Black Emperor.

Después de 4 ó 5 cubetas de flirteo y arrimones a manera de baile, ella bailaba muy erótica sin necesidad de desvestirse, probablemente eso ya no sería erótico, movía las caderas que parecían salirse del lugar, los locales y el mesero no podían dejar de mirar sus piernas y el contrapunto de sus caderas, cada que el mesero nos atendió me dio la impresión de que él estaba enamorado de ella o que quizá vivían juntos. Nos sentamos a charlar, ella estaba junto a mí, le pareció extraño que nosotros estuviéramos ahí, era interesante escucharla hablar con su jerga, con su experiencia, cosas tan directas. Cada que podía y, generalmente cuando me empinaba la cerveza, ella aprovechaba para introducir su síntesis evolutiva debajo de mis pelotas, las acariciaba tan tibio, de repente se prendió y me quiso besar, la evité ya que su boca apestaba a sexo también, toda su platica fue orientada a exaltar la diferencia, me costaba trabajo entender la precisión de sus argumentos, hasta que, me di cuenta que tenía una deformidad en la mano, parecía tener el dedo índice pegado al medio, quizá por esa razón ella no estaba en un table bailando y cobrando caro, al final nos largamos del lugar al amanecer, yo fui el único que notó la síntesis evolutiva de la mujer que tocaba con los 4 dedos.

Desnudo bajando una escalera (1912), Marcel Duchamp

Un saludo, O SFa

miércoles, 23 de febrero de 2011

Barnacled | Charles

Barnacled | Charles (2008)

Del olor y la muerte

"Porque me pareció poco suicidarme una sola vez.

Una sola vez no era, no ha sido suficiente"

Jorge Cuesta

Síntomas:

­–Residuos de pintura, pegamento u otros productos en la ropa y cara. Suele tener tubos de pegamento, estopa, líquidos para inhalar, etcétera.

–Incapacidad para dirigirse a voluntad, desorientación e incoordinación motora.

–Vómito, mareos, náuseas, diarrea y frecuente pérdida del apetito.

–Palpitaciones, dolor de cabeza, dificultades para respirar.

–Ojos vidriosos y rojizos, tos, flujo, inflamación y sangrado nasal.

–La persona, su habitación y ropa tienen un olor característico de tipo químico.

–Excitación y risas inmotivadas.

Hace poco tiempo se implementó un programa contra el consumo de inhalantes en las zonas altas y marginadas de la ciudad de México llamado “LA MONA MATA”. En estas “ciudades perdidas” el uso de productos químico tóxicos volátiles, tales como el cemento, la goma, el pvc, la gasolina y el thinner, son de uso cotidiano en la población, al punto en el que se le ha dado un uso callejero comercial, mezclándolo con diferentes sabores y olores, como la vainilla y algunas frutas y, ofreciéndolo al público en esquinas y banquetas de la misma forma en la que se venden los chicharrones con cueritos o las papas fritas.

De esta manera los sofisticados laboratorios clandestinos se ven reemplazados por la ferretería de la esquina donde, una lata de thinner cuesta 30 pesos mexicanos, poco más costosa que la charanda más barata que venden en el OXXO.

La magnitud de la ciudad y su uso contaminante podría funcionar como un gran cuarto inhalante; los ruidos, los canales abiertos, los basureros improvisados, el smog, fábricas, llantas, nubes de cemento y enormes paredes levantadas sobre el cielo como espectaculares grises, perros muertos, animales híbridos entre palomas y gordas ratas de alcantarilla, cerros de periódicos con noticias sobre la patética política nacional.

Es en estos cerros de papel dónde la estopa humedece la nariz, esa nariz que se escapa, que cobra vida propia y que es perseguida como en el cuento de La nariz de Nicolai Gogol, tener cuidado que “LA MONA MATA”. Así, la estopa húmeda se esconde dentro del puño reseco que, a su vez, esconde la fugitiva nariz; al momento, la volatilidad, que en su comienzo fue firmemente empuñada y enjugada por la mano, después penetrada y arremolinada por los vellos de la nariz, hace su concentración en los ojos que, provocan unos atenuantes parpadeos y, con los parpadeos la última señal consciente previa a la estimulación, con esto se inhala un pedazo de la ciudad y se mantiene unos segundos dentro del estómago y otros cuantos en los pulmones; el pedazo de ciudad se recrea en la parte alta del cráneo con una sensación de hormigueo, como si entre la testa y el cerebro fuera el inframundo del metro a la hora pico y el paso de los miles de transeúntes cosquillearan en la corteza cerebral.

Lo volátil, pues, del químico se asemeja a lo volátil de las condiciones de vida que se llevan en los grises cerros periféricos de la ciudad y, probablemente, en cualquier condición de vida. “LA MONA MATA” ¡¡¡y vivir también!!!

“No era un lugar para ser habitado. No había en él nada que justificase la presencia de un perro, ni de un hombre, ni de ser alguno dotado de vida, dotado de ojos, oídos y pulmones.

Trataba de comprender, y no podía. Había visto cómo allá en el campo cada noche su amo encadenaba a los presos, y cómo éstos intentaban a veces huir y debía perseguirlos. Pero aquí no parecía que nadie encadenase a nadie y, sin embargo, tampoco parecía que huyesen, que buscasen escapar a toda costa de la monstruosa prisión sin límites; mundo de hierro y cemento; de polvo y estruendo, en busca del aire limpio, el tranquilo silencio y la placidez de un paisaje infinito y abierto, sin la amenaza de rugientes camiones humeantes.

Estaban allí, y se diría que estaban por su gusto, sin advertir que cada día, entre aquellos muros y sobre aquel asfalto, era un día de dolor para cada uno de sus sentidos; día en que el estrépito destrozaba su capacidad de percibir los más leves rumores; día en que la indescriptible mezcla de olores abotargaba su olfato...”

Alberto Vázquez-Figueroa, Como un perro rabioso, 1975, España, Plaza & Janés, págs. 115-116.

Un saludo.

sábado, 19 de febrero de 2011

POW Ensemble | Birdsong from inside the egg

POW Ensemble | Birdsong from inside the egg (1994)

“There is no such thing as an empty space or an empty time. There is always something to see, something to hear. In fact, try as we may to make a silence, we cannot. Such a room is called an anechoic chamber […] a room without echoes, I entered one at Harvard University several years ago and heard two sounds, one high and one low. When I described them to the engineer in charge, he informed me that the high one was my nervous system in operation, the low one my blood in circulation. Until I die there will be sounds. And they will continue following my death."

John Cage

lunes, 10 de enero de 2011

C. Spencer Yeh / Lasse Marhaug | The Elementary Particles

C. Spencer Yeh / Lasse Marhaug | The Elementary Particles (2008)




El ruido, simulacro de muerte

(…) el ruido no existe en sí mismo, sino en relación con el sistema en el que se inscribe (… ) Remite por lo tanto, en todas las culturas, a la idea de alarma, de blasfemia, de calamidad. ‘He aquí que haré caer sobre este lugar una desgracia que aturdirá los oídos de quienquiera oiga hablar de ella’ (Jeremías, 19, 9). ‘Cuando los tambores de la resurrección resonaron, se taparon los oídos aterrorizados’ (Al Din Runir, Divani, Shansi Tabriz).

En su realidad biológica, el ruido es un medio de hacer daño. Más allá de un límite, se convierte en un arma inmaterial de muerte. (…)

Arma de muerte, lo ha llegado ser gracias a la tecnología industrial. Pero, así como la muerte no es más que un exceso de vida, el ruido ha sido percibido también como fuente de exaltación, forma de droga, capaz de curar picaduras de tarántula o, según Boissieu de Sauvage (en su Nosologie méthodique), terapia de ‘14 formas de melancolía’."

Jacques Attali, Ruidos: Ensayo sobre la economía política de la música, México, Siglo veintiuno editores, págs 44 y 45.

“–The Weakest Animal, However, Can Generally Avoid Combat By Adopting Such Submissive Postures As Crouching Or Presenting The Rump

–In Contemporary Western Society, Death Is Like White Noise To A Man In Good Health - It Fills His Mind When His Dreams And Plans Fade"

C. Spencer Yeh & Lasse Marhaug, The Elementary Particles.

Un saludo.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Jon Rose | Violin Music For Supermarkets

Jon Rose | Violin Music For Supermarkets (1994)



“Rosenberg confesses that there are some real problems interfacing virtual reality with traditional art values and the legal ramifications of all this are mind boggling. Who owns what? Who's got the copyright on who, what or even where? Originality can no longer be traded - there will soon only be access. Huge worlds of data from libraries of film, medicine, books, music, conversations (in any language), all knowledge and experience that can be recorded and stored - an unending exploration of every connection conceivable - a SUPERMARKET for the gratification of all fantasy. But as Galousie writes in his essay on insects 'with representative space, the organism is disposed of it's privilege and no longer knows where to place itself'.

That then will be the rub. A world of huge dark spaces where we float by like 'Strangers in the night exchanging glances'. Separate from our bodies, perhaps not even noticing who's body we were with last night, perhaps not caring. On into a void where bits of information float past us like so much space junk - exiles or permanent immigrants swimming around forever in a universe of enforced Zen"

Jon Rose & Rainer Linz, extract from The Pink Violin.

domingo, 29 de agosto de 2010

Black Motor | Vaarat Vastukset

Black Motor | Vaarat Vastukset (2008)



Parte 1

Harto de las maneras en cómo el círculo en el que me encontraba trataba de demostrar su apócrifo conocimiento, decidí enfrascarme en la belleza de ella mientras dormía, entre otras cosas, bajo los efectos del alcohol y la marihuana. Justo en ese momento despertó y me pidió que pusiera la canción de The Books del disco Lost And Safe que le había prestado unas semanas antes, poco después de que la conocí, y que tanto le había gustado.

2

En el lugar ella era la única mujer sobreviviente al recorrido por algunos lugares del centro, no sé quién decidió que termináramos en aquella enorme casa de ese fulano, su cuarto era como siempre quise mi cuarto en mi profunda adolescencia, con la cama en un segundo piso alzada en madera, puffff, con el notorio detalle de que el tipo entraba en los treinta años.

Siendo ella única, no sólo en el lugar sino en el mundo, el muy hijo de puta sólo estaba esperando el momento para chingar, trató de hacerse el intelectual diciendo que acababa de tomar un taller de poesía, a ella le dijo que su poeta favorito era Bécquer, mientras que a mí me chingaba diciéndome que pusiera algo más “prendido”, me dijo “no tienes algo así como Kraftwerk”. El pendejo no le quitaba la ceja, dado que sólo tenía una, de encima de sus pechos, con los que yo tantas noches había soñado, y fumaba marihuana como si se tratara de tomar café en uno de esos Starbucks, obviamente no lo complací de inmediato en su petición, pese a que no me pareció mala idea; dejé sonar un par de canciones por puro placer egoísta, así sonó la pieza más larga que cargaba de Godspeed You Black Emperor!, cuando éstos aún no ponían el signo de admiración en su lugar, después sonó Tabla Beat Science y en seguida puse uno de los discos que más disfruto de Kraftwerk, en el tiempo en el que eran una exquisita mezcla de kraut con matices experimentales muy de los años setenta.

Ya en el esplendor patético de su situación de macho alfa, el fulano, marcando territorio, justo cuando 10 minutos antes su mamá subió a pedirnos que bajáramos el volumen que, dicho sea de paso, un cuarto tan chingón y con un sonido tan… para que sonara decentemente tenía que sostener mi cable auxiliar inclinado a 30 grados de su pendejez. Cuando, con toda esa carga territorial que le daba el estar en su casa cortejando con la chica única y no la única chica, me dice “qué onda, ya puedes poner a Kraftwerk”, decidí no responder, no por grosería, quería que uno de sus amigos lo pusiera en evidencia y no yo, me volvió a preguntar en un tono más enérgico pero sin agallas, cuando lo interrumpió su amigo desde el otro lado del cuarto “ya están sonando”.

En ese momento fue cuando ella se desconectó y el “poeta dadivoso” dijo “si quieres acuéstate en mi cama, la que está en el segundo piso” a pesar de que el glorioso segundo piso estaba enfrente de nosotros y era la única cama... (continúa en la siguiente publicación)

"La caminata da certidumbre al pensamiento, conocemos en la marcha, observamos el mundo porque podemos movernos en sentido contrario al movimiento del planeta, aunque al mismo tiempo estemos plenamente referidos a él..." Guillermo Fadanelli, Elogio de la vagancia.

Umläut | Self Titled Demo

Umläut | Self Titled Demo (2009)


Parte 3
...¡Que asco!, haber puesto música para un pendejo como ese, que asco haber fumado junto a un bastardo como ese, en ese momento pensé “¡qué puta madre hago aquí con este farsante dadivoso y sus amigos!”.

Decidí contemplar su belleza y enfrascarla de música, ella despertó pidiéndome su canción Smells Like Content, acto seguido nos largamos del lugar en el auto de su primo.

Tan asqueado me encontraba que, una vez en periférico pedí que me botaran, rechazando los 100 pesos que ella me ofrecía detrás de su letargo; sin dinero y sin transporte público; ha sido la caminata nocturna más larga que he hecho para llegar a mi casa.

Sentí más seguridad al caminar sobre el camellón que divide los carriles centrales de la vía lateral de baja velocidad.

Esa noche caminé el periférico con ojos de perro salpicado... recuerdo cómo los motores me desgarraban los cabellos en medio de los remolinos zumbantes por la velocidad de los autos, escuché Naked City con Zorn, Frisell, Frith y compañía, el disco de Heretic que le dedicaron al gran Harry Smith. De momentos las ratas serpenteaban mi andar fangoso al esquivar mis tenis gastados, los osos demacrados y enflaquecidos que trepan los pocos árboles que quedan en el camellón, se asomaban tras mi paso. La oscuridad de la madrugada me tragaba arbustosa mientras las coladeras aullaban nubes subterráneas, mi suplicio caía a instantes en la soledad acariciada por las bolsas de plástico y pedazos de papel que se arremolinaban entre mis extremidades cuando juntos caíamos del cielo.

Una madrugada que, en instantes era tan seductora como el olor de ella y en instantes tan tormentosa, tan desgarradora, como ella misma. Su olor siempre me ha generado la imagen encuadrada en unas finas gotas de sudor recorriendo los caminos que por su nuca llevan a una niña que, de espaldas, salta la cuerda, ésa es mi fotografía mental de ella, extremadamente similar a la descripción que hace Benito Torrentera al olor de su musa, asesina como toda musa, del seven eleven, olor que propaga un punto entre inocencia y violencia natural, entre erotismo y destrucción. Sí, esa extensa y atenuante noche-madrugada fue como ir caminando sobre el Lodo de Guillermo Fadanelli.

"...Spinoza, uno de los filósofos más extravagantes que han existido jamás -es decir: más serios- sostenía que entre más activo estuviera el cuerpo más aguda se volvería la mente. El conocer es un vagar, pero no de la mente sino de un todo consciente que desde un cuerpo se pone en movimiento para cumplir un recorrido que en buena parte es impredecible…" Gillermo Fadanelli, ibìd.

Un saludo. O SFa

jueves, 29 de julio de 2010

Talibam! | Boogie In The Breeze Blocks

Talibam! | Boogie In The Breeze Blocks (2009)

Desde la banqueta:

“Trazo

Atención, escuchen esto, tienen que saberlo:

Quien cuenta la historia es el graffiti,

…en el bote de aerosol están escondidos los signos y tintes describiendo proezas que de tan conocidas nadie frecuenta,

…dibuja el peregrinaje de rostros y malos sueños,

…secesos que serán leídos por sabios aceptantes de la verba geográfica de una ciudad que sólo tolera ser narrada por las manos de los grafiteros.

Atención, sólo por ellos.

Absténganse los marchitos y los insomnes.

Que huyan los iletrados del graffiti.

Y los descreídos acuchillen sus ojos.

Óiganlo, estas hazañas relatadas con aerógrafo no existirán para ellos.

Serán los ilustrados quienes de luz colmen el muraje grafítico de la ciudad,

Rapsodas de los que carguen la memoria colectiva,

Juglares quienes reivindiquen los hechos,

Cantantes aquellos que poseen el descaro en el lenguaje de las líneas.

Ellos que a destiempo de coros cuentan historias, todos ellos,

Aquellos y los solitarios, quienes a puntal de gruñidos envuelven hechos deslucidos de pendones blasonados.

Desconocidos y fraternos serán quienes loen las patrañas grafiteadas una vez más sobre la Medusa que enreda al Barrio,

…a este Barrio que alguien dibuja con fatcaps de sombras, con crayón de uni reproducido en las bardas, trepado en los postes de luz, en los andenes del metro, en las glorietas, en las barracas, en las avenidas y basurales, en las fontanas y tugurios…

…el mismo que aspira aplastado en las bocacalles y en los templos, y es repintado en la copla sin luna de los charcos porque, atención, quien conoce la historia es el graffiti y nadie más.”

Rafael Ramírez Heredia, La esquina de los ojos rojos, México, Alfaguara, págs. 11 y 12.

Un saludo. O SFa