viernes, 16 de abril de 2010

The Naked Future | Gigantomachia

The Naked Future | Gigantomachia (2009)

El día en el que esas diminutas medusas consigan invadir la pupila de mis ojos será el día en que me convierta en piedra y, deje de beber; escuché que el grado etílico de algunas bebidas en algunos casos puede causar la muerte y en otros produce un adolecer que suprime otro adolecer aún peor.

Dicen que el alcohol desinhibe, que funciona como lubricante social, pienso que no se trata de eso. Son las medusas: se trata elevar las potencias y no de desinhibición, se trata de lo apacible inmerso en lo frenético, del recorrido sin cambiar de lugar, del vértigo que produce la figura femenina en su más sutil curvatura. Se trata también de una pelea entre Perseo y Medusa quien ha de evitar el convertirse en piedra ante la monstruosidad femenina por el miedo a la castración.

Así que, música etílica de Arrington De Dionyso, un genio que desde los veinte años no ha dejado de, no producir sino crear, lo que pueda extenderse más allá del mal, mira sus dibujos y pinturas, generalmente en el concepto de arte de los muchos de los proyectos que ha realizado, que seguro estoy, al igual que su música, nada tienen que ver con el grado etílico en el que los compone.

“Tómate esta botella conmigo y en el último trago nos vamos…” En el Último Trago, José Alfredo Jiménez

”¿Nunca te han dicho cómo se divide la vida de un hombre? Veinte años creciendo, veinte años en plena floración, veinte años descendiendo y veinte años de decadencia.” E. M. Forster

“Este raro filósofo que fue Crisipo, este filósofo anormal, cometió su mayor excepción en el momento en que la Ley, la regla, posó su mano, de menor temperatura que el frío, sobre él; es decir, en el momento de morir. En efecto, se cuenta que, tras de haber bebido una ingente cantidad de vino rojo después de haber monologado largamente ante la geometría inflexible de una tela de araña, se sintió atacado bruscamente por un estallido de risa y dijo una frase extraña, que puso en evidencia su razón perturbada o desviada: “Quien ríe, se multiplica, y quien bebe, es más de lo que es”, dicho lo cual decidió suicidarse, prolongando indefinidamente su risa (interrumpida a veces por espasmos y vómitos), cuya acción continuada, debido a la gran cantidad de vino ingerida, provocó su muerte, tras de cuya muralla, que sólo el agujero abierto por la bebida, la risa, la locura, principalmente, puede traspasar, arrojando alguna luz sobre ese castillo obscura y, tal vez, vacío, tras de cuya muralla, decía, quiso tal vez, “multiplicándose”, encontrar una compañía mejor que la del yo para su soledad incurable: murió, pues, riendo, y aún no se extinguía el eco de su risa cuando su cadáver cayó sobre un cúmulo de jarras vacías, que fueron su túmulo funerario. Después de su muerte, de su suicidio gozoso, comenzó la Historia, y su silencio. La borrachera riente de Crisipo fue el último acontecimiento .” Diógenes Laercio, Vidas de Filósofos Ilustres, versión libre del padre José María Partido, S. J., citado en el estudio preliminar de Leopoldo María Panero, Veinte años creciendo, Dylan Thomas

Un saludo.

O SFa