sábado, 27 de diciembre de 2008

Don Caballero – Punkgasm

Don Caballero – Punkgasm (2008)


Un grupo con mucha influencia académica y casi cerebral, sin que con esto suenen tradicionales o aburridos. Aún cuando su sonido puede percibirse caótico, hay un gran cálculo cuasimatemático y muy estudiado que los hace generar composiciones difíciles. Complejidades que provocan mala digestión, pero se trata de eso; de llegar a esa parte visceral, volátil y violenta, que la golpean con mucho poder e intensidad.

En el estilo sí pueden moverse en términos del rock experimental, pero en la ejecución y composición musical no se comportan así, ya que sus piezas son técnica y teóricamente muy trabajadas; los hace llegar a una alta calidad musical, por lo que predomina un tratamiento instrumental y con rupturas frecuentes entre formas melódicas y riffs distorsionados.

Su sonido encuentra patrones en estructuras complejas, una suerte de movimiento browniano, al bombardear con pedazos de cuerdas y micropartículas virtuosas provenientes de la batería; van a incrustarse directamente en el mismo estómago.

Siempre en busca de la creatividad musical, una necesidad que debe, no sólo de escucharse sino de repensarse, de releerse.

Este disco a diferencia de los anteriores, cuenta con la particularidad de que le han agregado algunas vocales, cosa interesante para una banda de Math Rock. El momento del disco es que va moviéndose en progresión hasta los últimos temas que resultan desgarradores.

"I think this new ensemble very gracefully touches on all the themes that had ever existed in the past and brings in new ones at the same time. But that's just my opinion. You can disagree with that.", Damon Che

Dedicado para mi gran hermano y respetable pensador Miguel Guerra, bien sabes como degustamos de la música intragable. Un abrazo.

Saludos. O SFa

lunes, 22 de diciembre de 2008

Gabor Szabo – Spellbinder

Gabor Szabo – Spellbinder (1966)


En este segundo disco de Szabo es fácil caer sin respirar. Probablemente su más completa y vibrante producción, él nos agita con una combinación de ritmos, desde el jazz, funk, pop hasta la psicodelia, que en su fusión nos hacen sentir familiares; pese a que retoma el folklore de su país natal, Hungría, no dejan de jugar las percusiones con matices latinos, que tiempo después encontraría y sobreexplotaría, el ya desvirtuado mexicano Carlos Santana; pues Gabor Szabo no es más que su padre y si no escuchadlo usted mismo.

Gabor lleva al extremo la pisada precisa de su guitarra, escucharla es como sentirla en toda su tridimensionalidad, el cilindro psicodélico, que es la cuerda, encuentra todo su π (pi.); allí es donde la matemática sólo existe en tanto que ritmo, deseo y pulso. Pero su pisada de jazz en la guitarra va más allá; trepida a contrapunto con las percusiones de Willie Bobo y Víctor Pantoja, y, se ensambla en las chispas de la batería, las bocales con calidad contrastada; en momentos gritos disparados por el ritmo y en momentos destellos del pop.

Un disco genial, auténtico; quizá en los años sesentas no exista otro que se le acerque. Si se comienza a escuchar ya no hay vuelta atrás. De un talento que nunca se desvirtuó y que si buscan algo cercano, a lo más que pueden llegar es al gran Django Reinhardt.

“Bang Bang (My Baby Shot Me Down)”

Un saludo.
O SFa