El Arte Urbano en el Programa de Maestría en Artes Visuales de la Universidad Autónoma de México; Surgimiento, Problemáticas y Perspectivas
Por Osfabel Diteos Rendón
Por Osfabel Diteos Rendón
La propuesta del campo de arte urbano surge en un periodo de ajustes al plan de estudios entre los años 1970-1973[1] de las necesidades que una ciudad compleja extensa y caótica demanda ante las carencias y la repercusión que la megaciudad tiene sobre los individuos que la habitan. A este respecto el Doctor Óscar Olea de Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM fungió como visionario y precursor, primero aportando una perspectiva crítica, auténtica y adecuada de las problemáticas que emana la ciudad hacia el artista y después proponiendo una especialización para afrontar dichas problemáticas.
Es en esta etapa 1971-1973[2] que aparece por vez primera la propuesta de arte urbano que, más que formularse y adecuarse para ser introducida al plan de estudios, refleja una preocupación hacia una corriente artística contemporánea y, como producto de una combinación de diferentes perspectivas educativas.
Al analizar las preocupaciones vertidas en los textos de Óscar es posible deducir que siempre pensó que muchas soluciones para los problemas del hombre y la ciudad pueden y deben ser aportados por los artistas visuales. La creciente población urbana, así como la percepción del consumismo, convivencia y del arte mismo han ido exigiendo una reestructuración, una distinta visión en la licenciatura y posgrado de Artes Visuales. En su libro “El Arte Urbano” [3] denota y trabaja influido por sus estudios en arquitectura en la UNAM y anteriormente psicología en la UIA, pero más que eso, por su experiencia como docente en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, manifestando el surgimiento de una diferente manera de abordar las cuestiones que atañen a la megalópolis. Si tomamos en cuenta que su libro se publicó en 1980, es decir siete años después de su ingreso a la ENAP. Preocupaciones que lo llevaron a formular y coordinar el Centro de Investigación de Artes Visuales de la ENAP, momento en el cuál parece ser que comienza la etapa más próspera de su consolidación teórico-conceptual.
Entonces, si planteamos que el campo de arte urbano arrastra consigo una serie de propuestas y modificaciones al plan de estudios de las Artes que, en ninguno de los casos se ha consolidado completamente. Lo que tenemos como resultado es una inadecuación del campo de arte urbano con el resto de los campos del programa de Maestría en Artes Visuales de la ENAP. Y por el otro lado la cuestión de querer abarcar todas las corrientes conceptuales que no quepan en los otros cinco campos, aunque muchas de estas corrientes se contradigan con respecto a otras en su formulación.
El contexto del campo de arte urbano padece además de diversas problemáticas por resolver una serie de cambios estructurales y replanteamientos académicos diversos, mismos que se ven reflejados en la situación que dicho campo actualmente padece y que la solución a dichas problemáticas no parece ser el cambio de nombre a “arte y entorno”, ni la implementación de otras materias y talleres propuesto por la actual administración, no cabe una solución que se base sólo en un cambio de nombre.
Habrá pues, que crear diferentes perspectivas y nuevos replanteamientos que partan de lo que ya hay, orientado hacia una adecuación que de verdad responda a las necesidades que la sociedad demanda, dado que es ese el objetivo principal de la ENAP[4]. Partir de una suerte de contradicción técnica en la que en una sola clase el alumno pueda acceder a los conocimientos y práctica que le otorgan dos perspectivas bifurcadas pero con la mira en un mismo punto. Implementando programas de movilización interna con otras carreras que atañen a problemáticas artísticas como la biología, la arquitectura, las artes escénicas, la ingeniería, la música e incluso las matemáticas, dependiendo de las necesidades que el alumno manifieste para la realización del proyecto artístico pero siempre desde una perspectiva artística.
La condición contemporánea ha ido exigiendo una reestructuración ya desde hace cuarenta años, una distinta visión en la licenciatura y posgrado de Artes Visuales.
Hoy las ideas, planteamientos y expectativas planteadas por la nueva administración de la ENAP, necesitan concretar un proyecto que supere las debilidades o carencias del pasado, un programa de estudios sólido y creciente; donde la apertura de espacios para la discusión y aportación de propuestas por parte del alumnado, del artista y del arte mismo supere arcaicas líneas de enseñanza para lograr una consolidación como carrera profesional y claro la implicación social que deviene de este hecho.
Situado en este contexto mi trabajo aportaría un perfil teórico-crítico desde una perspectiva artística, que plantea el uso de recursos plástico-conceptuales que la entropía de la megaciudad escupe y que se generan bajo comportamientos humano-colectivos inconcientes; la correcta percepción aporta la codificación de la identidad de la ciudad y de sus habitantes, en una sociedad que se precipita frente a la brutalidad del capitalismo.
Ejecutando un environment como necesidad a la codificación territorial de zonas específicas de y en la megaciudad para lograr la trascendencia necesaria en el fenómeno de la economía no regulada que no se limite a la pasividad e institucionalidad del museo; que trascienda de manera activa en los individuos que experimentan la vida de manera cotidiana.
[1] El campo de arte urbano en el Programa de Maestría como parte del plan de estudios no se encuentra en estas actas. Sin embargo en el objetivo de la síntesis programática del taller de escultura urbana semestres VII y VII nos muestra la primera preocupación insinuada de manera directa para el campo de arte urbano. “Plan de Estudios de la Carrera de Artes Visuales. Escuela Nacional de Artes Plásticas. Aprobado pos el H. Consejo Técnico en la sesión permanente celebrada en agosto-noviembre de 1973” en Centro de estudios Sobre la Universidad (CESU), Archivo del Consejo Universitario, Comisión Permanente, VIII Comisión del Trabajo Docente. Caja 17. exp. 48-49. Anexo al acta de la sesión.
[2] “Capacitar al alumno para realizar esculturas a escala monumental y en relación con el contexto urbano, tanto en su carácter conceptual como técnico, señalando con claridad las diferencias que ésta tiene con respecto a la escultura de caballete”, Íbidem.
[3] Óscar Olea, “El Arte Urbano”, UNAM, México, 1980.
[4] Las Facultades y Escuelas de la Universidad Nacional Autónoma de México1929-1979 III, tomo I, Vol. III, Archivo Histórico UNAM, UNAM, 1979.
Fuentes.
Archivo Histórico del Centro de Estudios Sobre la Universidad. Archivo del Consejo Universitario. Universidad Nacional Autónoma de México. México.
Archivo del Consejo Universitario. Actas de las sesiones. Universidad Nacional Autónoma de México. México.
Las Facultades y Escuelas de la Universidad Nacional Autónoma de México1929-1979 III, tomo I, Vol. III, Archivo Histórico UNAM, UNAM, 1979.
Olea Óscar
El Arte Urbano, UNAM, México, 1980.
Carrión Parga Ady
De la Idea al Misterio: Gilverto Aceves Navarro en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, Tesis de Maestría no Publicada, UNAM, 2007.
http://discursovisual.cenart.gob.mx/anteriores/dvwebne05/entorno/entady.htm
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